martes, 29 de enero de 2013

Ganancias y Pérdidas




Ganancias y Pérdidas:

En muchas ocasiones, hay quienes me preguntan sobre la conveniencia o no de tomar o dejar cosas, trabajos, relaciones, grupos, actividades o personas. Puede ser muy inconveniente decidir por ellos. A los sacerdotes, psicólogos, terapeutas no nos toca decidir; nos toca cuestionar, iluminar, acompañar pero nada más. Tanto es así que en el ámbito religioso se impone sustituir la palabra “director espiritual” por “acompañante espiritual” de modo que el acompañado se haga responsable de sus decisiones y de las consecuencias de las mismas, sean positivas o negativas. Una de las cosas que te puedo recomendar a la hora de tomar decisiones es la herramienta conocida como “Ganancias y Pérdidas”

Toma una hoja en blanco y traza una línea vertical. Del lado arriba izquierdo pones la palabra “Ganancias”; del lado arriba derecho, pones “Pérdidas” y evalúa una toma de decisión. Ve colocando en el lado izquierdo las cosas buenas, convenientes, positivas, enriquecedoras de ese trabajo, relación grupo o actividad. Ve colocando del lado derecho las cosas malas, inconvenientes, negativas y empobrecedoras y cuenta, evalúa, coteja. ¿Hay más pérdidas que ganancias? Lo siento “no me conviene” ¿Hay más ganancias que pérdidas? “Vale la pena” seguir la relación o tomar ese trabajo

Por supuesto que hablo más que de ganancias o pérdidas materiales. Evalúa también las ganancias o pérdidas psicológicas. Te hace crecer o te desgasta psicológicamente o moralmente, te esclaviza o te libera, es una relación castrante, celópata, controladora, o por el contrario te eleva, te realiza, te dignifica, te respeta

¿Y a nivel espiritual? Esto es fundamental para los creyentes, ¿Te acerca a Dios o te aleja de él? ¿Te acerca a la Iglesia o te aleja de ella? Una vez hecha la evaluación pídele a Dios la fuerza para decirle o decirte internamente o para cantarle a esa persona, situación o cosa esta canción que interpretara magistralmente Rocío Dúrcal:

Fue un placer conocerte,
y tenerte unos meses;
aunque esos meses fueron
el principio y el fin
de un amor tan bonito;
aunque no me quisiste;
pero yo sí te quise,
y hoy me tengo que ir.

Muy feliz fui contigo,
me conformo con nada,
y hoy te quedas sin mí.
Y a pesar de que nunca
me dijiste 'te quiero',
hoy, que tengo que irme,
me demuestras tu amor.

Pero tengo que irme,
porque ya no te quiero.
No sé por qué motivo:
cosas del corazón.

Si me hubieras querido
cuando yo te pedía
que me amaras un poco,
que me hicieras feliz,
yo me hubiera quedado
para siempre contigo;
pero no fue posible,
y hoy me tengo que ir