Yo lo vine a entender del todo cuando ahora que mi mamá y mi hermana que la acompaña y la cuida se vivieron a vivir a mi casa. Entonces ya ha dejado de ser casa parroquial para convertirse en "hogar parroquial". De pronto aparecieron aromas, flores, detalles y calor, y aunque disfruto enormemente de la soledad porque tengo un corazón ermitaño y contemplativo y la suficiente autoestima para disfrutar de mi propia compañía, agradezco este paréntesis especial que huele a arepa y café por las mañanas y a flores arrancadas y puestas en un vasito.
En unas tres ocasiones he asistido a iglesias evangélicas como invitado (Presbiteriana, Buenas Nuevas y Asociación de Iglesias Cristianas) y sinceramente y con todo respeto que merecen mis hermanos cristianos no católicos, el ambiente frío, con buen sonido e iluminación, parece más bien un salón de conferencia, pero nunca un hogar. Claro ahora entiendo. Está "Jehová" y hasta la Santísima Trinidad completa, no lo dudo, pero falta la mesa con el mantelito, el pan y el vino donde comen los hijos (altar) pero sobre todo falta la MADRE, María de Nazareth
Estas son las fotos de las nuevas habitantes del hogar con los nombres de mis sobrinas nietas e incluso una dedicada a Tom. ¿Conoces los nombres que popularmente se les dan a estas flores? Las primeras son una maravilla, siempre están floreadas.