El 15 de Agosto celebramos lo que desde los primeros siglos, fue parte de los relatos y de la liturgia de la iglesia, significado en Apocalípsis 12 y refrendado por el papa Pío XII el 1 noviembre de 1950. El momento en que María fue llevada al cielo en cuerpo y alma al cielo. Lo que sigue, es un piadoso relato antiguo de autor desconocido que narra poéticamente el momento de la despedida: ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
🔰 "A los catorce años de la muerte de Jesús, después de haber predicando la doctrina de su Hijo a pequeños y grandes, habiendo consolado a tantas personas tristes, y ayudado a tantos enfermos y moribundos, hizo saber a los apóstoles que ya se acercaba el momento de partir a la eternidad.
Los apóstoles la amaban como a la más bondadosa de las madres y se apresuraron a viajar para recibir sus últimos consejos maternales, y de sus sacrosantas manos, su última bendición.
Fueron llegando con lágrimas copiosas, se acercaron a besar esas manos santas que tantas veces los habían bendecido y que tocaron a su Señor.
Para cada uno de ellos tuvo palabras de consuelo y de esperanza. Y luego, con mucha paz, fue cerrando santamente sus ojos, y su alma, mil veces bendita, partió a la eternidad. La noticia se propagó por toda la ciudad y no hubo un cristiano que no viniera a rezar junto a ella, como por la muerte de la propia madre.
Su entierro más parecía una procesión de Pascua que un funeral. Todos cantaban el Aleluya con la más firme esperanza de que ahora tenían una poderosísima protectora en el cielo, para orar por cada uno de ellos. En el aire se sentían suavísimos aromas, y parecía escuchar cada uno armonías suaves.
Tomás, el Apóstol, no llegó a tiempo para la sepultura y le pidió a Pedro volver al sepulcro para dar un último beso a las manos maternales. Volvieron todos al santo sepulcro, y cuando ya estaban cerca empezaron a sentir, de nuevo suavísimos aromas y armoniosa música. Pero no encontaron el cuerpo sino solamente una gran cantidad de flores muy hermosas."