martes, 1 de julio de 2014
Jesús calma la tempestad
EVANGELIO Mt 8, 23-27
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús subió a la barca y sus discípulos lo siguieron. De pronto se desató en el mar una tormenta tan grande, que las olas cubrían la barca. Mientras tanto, Jesús dormía. Acercándose a él, sus discípulos lo despertaron, diciéndole: “¡Sálvanos, Señor, nos hundimos!”. Él les respondió: “¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?”. Y levantándose, increpó al viento y al mar, y sobrevino una gran calma. Los hombres se decían entonces, llenos de admiración: “¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?”.
DE PRONTO:
Como muchas veces pasan las cosas, inesperadamente, cuando menos lo esperamos se nos suscitan las dificultades
TORMENTA GRANDE:
Sin esperarlo, las dificultades se hacen muy grandes. Enfermedades, accidentes, muertes, envidias, celos, traiciones, robos, todo a veces parece confabularse en tu contra.
LO DESPERTARON:
Con una infinita confianza el Señor dormía, Él sabía que el Padre velaba por Él y que no había lugar para la angustia en su corazón.
SÁLVANOS SEÑOR, NOS HUNDIMOS:
Reconocen que el problema les excede y claman al Señor. Señor es un reconocimiento a su poder, Adonay (El Señor), era la forma hebrea de decir "El que todo lo puede"
ÉL LES RESPONDIÓ¿POR QUÉ TIENEN MIEDO, HOMBRES DE POCA FE?:
Antes de calmar las tormentas físicas Jesús quiere dar una enseñanza espiritual. El miedo es contrariamente proporcional a la fe. A mayor FE menos miedo. El miedo no nos viene por lo que nos pasa, sino porque nuestra fe, que es la confianza en un Dios que me cuida en medio de la oscuridad, no es lo suficientemente para afrontar las dificultades con serenidad. Por eso nos angustiamos, perdemos las perspectivas, dramatizamos y hacemos tragedia de lo que nos pasa en vez de pensar con claridad la forma de enfrentar las dificultades. Desde la serenidad y la paz producto de la fe, se abren horizontes insospechados de alternativas y bendiciones
Y LEVANTÁNDOSE INCREPÓ AL VIENTO Y AL MAR Y SOBREVINO UNA GRAN CALMA
Jesús es el Señor de lo imposible, si Dios está con nosotros ¿Quién puede estar contra nosotros? Romanos 8,31 ¿"Por qué tengo miedo si nada es imposible para Ti"? En medio de la tormenta Señor, confío en ti, en medio de la tempestad, te encomiendo mi causa. Tú prometiste que las dificultades nunca serían más grandes de lo que podemos soportar y que en medio de la tormenta nos darías las herramientas. Dame fuerzas para cambiar lo que puedo cambiar y serenidad y confianza para aceptar lo que no puedo cambiar. Jesús en ti confío. Amén.