miércoles, 23 de septiembre de 2015

Hablemos sobre la cremación


Cuando escribí acerca de la cremación, no estaba promoviéndola sino informando que la iglesia Católica levantó la prohibición que impedía a los católicos optar por la cremación desde 1963, explicitando esa posibilidad en tiempos del papa Juan Pablo II en el Código de Derecho Canónico. La redacción que es un puente histórico entre las dos costumbres, una mantenida por 20 siglos y otra por apenas de medio siglo no pudo ser otra que aconsejar la piadosa costumbre anterior y no prohibir la nueva.

Quienes están en contra escribieron argumentos con muy poco sustento:

1. En la Biblia dice que Dios le dijo a Adán: Génesis 3,19 “Te ganarás el pan con el sudor de tu frente hasta que vuelvas a la tierra de la que fuiste sacado, porque polvo eres y en polvo te convertirás” Dios no dice que “te convertirás en ceniza”. Respuesta: Hoy en día ningún teólogo serio interpreta el capítulo dos y tres del Génesis literalmente. Saben que el texto escrito hacia el año 1.200 antes de Cristo y dirigido a una sociedad agrícola es simbólico, que la serpiente es símbolo del mal, que la fruta prohibida es símbolo de la rebelión del pecado y que el polvo de donde se forma el hombre es símbolo de la fragilidad. Hoy sabemos además que los componentes del cuerpo incinerado o simplemente enterrado se componen del mismo material.

2. Respecto a la resurrección hay que recordar la cita de San Pablo según la cual, “esto que es para descomponerse, “la carne ni la sangre” no heredará el Reino de los Cielos” En la vida que nunca terminará no hay lugar para lo que en este mundo se descompone." Y que tendremos un cuerpo formal espiritual, no material como puedes leer en 1 Corintios 15, 35-50 Respecto al texto de Ezequiel 37 donde se habla de una llanura de huesos secos que se cubren de carne y se llenan de vida es una representación simbólica del pueblo de Israel que camina sin esperanza, según lo aclara el mismo capítulo, versículo 11: “Dios me dijo entonces: Hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel. Ahora dicen: “Nuestros huesos se han secado, nuestras esperanzas se han muerto, hemos sido rechazados”

Ventajas de la cremación:
1. Ecológica: La cremación se impone como el entierro de la era moderna, porque ahorra espacio físico, evita deforestaciones de terrenos fértiles para crear cementerios en grandes extensiones de terreno, igualmente se imponen las ánforas y ataúdes biodegradablaes. Las soluciones embalsamantes (mercurio, arsénico, formaldehílo) son altamente contaminantes, lo mismo que la presencia de radioisótopos que se puedan encontrar en el cadáver.

2. Económica: Los costos de la cremación son mucho más económicos

3. Higiénica: Con la incineración se evitan focos de infección producidos por las emanaciones del cadáver en descomposición, principalmente cuando la muerte se ha producido por enfermedades infecto-contagiosas

4. Religiosa: En Venezuela tenemos dos problemas relacionados con la dignidad de nuestros difuntos y el trato de sus restos mortales. El primero es la ola desatada por rituales santeros y espiritistas, cuyos practicantes entran a los cementerios para utilizar osamentas de nuestros deudos para sus ritos esotéricos, de modo que ni en el “camposanto” pueden descansar en paz. El otro es una especie de “necrofilia” o adoración o culto por el muerto que exalta tanto la figura del difunto  y que hace que la gente se desviva tanto por el cuerpo del difunto que se olvida de los que están vivos.

5. 5. Simbolismo cristiano: El fuego y la Luz tienen además un profundo simbolismo cristiano, Jesús no sólo es la Luz del mundo Juan 8,12, sino que además nos recuerda que los cristianos estamos llamados a ser Luz del mundo con nuestras obras de amor: "Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la pone en alto para que alumbre a todos los que están en la casa. Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo.”  Mateo 5,15-16

No estoy de acuerdo en tener las cenizas como “fetiche”, una especie de culto a las cenizas que intentan suplir la ausencia afectiva del difunto. Las cenizas deben ser enterradas, no veneradas en un rincón de la casa ni mucho menos repartida entre familiares. La iglesia Católica lo piensa así, no sólo para evitar el fetichismo sino también la esparsión anónima de los restos mortales.  Sin embargo creo que la decisión del difunto, siempre y cuando no sea descabellada ni atente contra la moral cristiana, ni implique para la familia una verdadera carga emocional o económica debe ser respetada.



  

martes, 22 de septiembre de 2015

La resurección corporal



Hoy respondemos a la pregunta ¿Con qué cuerpo vamos a resucitar? ¿Qué significa la resurrección de la carne? Esta reflexión nos ayudará a entender mejor por qué la iglesia católica acepta la cremación.
1. Lo primero es distinguir resurrección de revivificación. En el caso de la hija de Jairo, de Lázaro y del hijo de la viuda de Nahim es preferible hablar de revivificación. Es decir, por el poder de Cristo, ellos volvieron a su vida biológica para después morir. En el caso de la resurrección no hay vuelta a la vida biológica sino entrada a otra vida nueva y distinta que no conoce la muerte.

2. La resurrección de Cristo es distinta a la nuestra. En él no hubo descomposición cadavérica. Los casos que conocemos de incorrupción de cadáveres, casos que se han dado entre santos y pecadores siempre hay algún deterioro evidente aunque en menor escala. En el caso de los santos, se ha recurrido a mascarillas de cera para ocultar el deterioro como ocurrió con el Padre Pío, Don Bosco y Madre María de San José por ejemplo.

3. El texto bíblico de San Pablo a continuación explica cómo será nuestra resurrección, él dice que se trata de un cuerpo espiritual, no material. Donde permanece una identidad con el actual pero con un resplandor distinto puesto que esto que es para descomponerse "no heredará el Reino de los cielos". San Pablo habla tan claro como para uno decir al final ¿Así o más claro?

1º Carta a los Corintios, Capítulo: 15,35 al 50
"Algunos preguntarán: ¿Cómo resucitan los muertos? ¿Con qué clase de cuerpo vuelven? ¡Necio! Lo que tú siembras debe morir para recobrar la vida. Y lo que tú siembras no es el cuerpo de la futura planta, sino un grano desnudo, ya sea de trigo o de cualquier otra semilla. Dios le dará después un cuerpo según lo ha dispuesto, pues a cada semilla le da un cuerpo diferente. Hablamos de carne, pero no es siempre la misma carne: una es la carne del hombre, otra la de los animales, otra la de las aves y otra la de los peces. Y si hablamos de cuerpos, el resplandor de los «cuerpos celestes» no tiene nada que ver con el de los cuerpos terrenales. También el resplandor del sol es muy diferente del resplandor de la luna y las estrellas, y el brillo de una estrella difiere del brillo de otra. Lo mismo ocurre con la resurrección de los muertos.

Se siembra un cuerpo en descomposición, y resucita incorruptible. Se siembra como cosa despreciable, y resucita para la gloria. Se siembra un cuerpo impotente, y resucita lleno de vigor. Se siembra un cuerpo animal, y despierta un cuerpo espiritual. Pues si los cuerpos con vida animal son una realidad, también lo son los cuerpos espirituales. Está escrito que el primer Adán era hombre dotado de aliento y vida; el último Adán, en cambio, será espíritu que da vida.

La vida animal es la que aparece primero, y no la vida espiritual; la espiritual viene después. El primer hombre, sacado de la tierra, es terrenal; el segundo viene del cielo. Los de esta tierra son como el hombre terrenal, pero los que alcanzan el cielo son como el hombre del cielo. Y del mismo modo que ahora llevamos la imagen del hombre terrenal, llevaremos también la imagen del celestial. Entiéndanme bien, hermanos: lo que es carne y sangre no puede entrar en el Reino de Dios. En la vida que nunca terminará no hay lugar para lo que en este mundo se descompone." Palabra de Dios.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Lo que cuenta al final de tu vida




Hoy que recordamos a la Madre Teresa de Calcuta y al ver esta foto de ella junto a la princesa Diana recuerdo este texto anónimo:
"Lo que cuenta al final de tu vida no es el modelo del carro que usabas sino cuánta gente llevaste en él para ayudarla. 
No los metros cuadrados de tu casa; sino a cuánta gente recibiste en ella.
No la marca de tu ropa en tu armario; sino a cuántos ayudaste a vestirse.
No cuán alto era tu sueldo; 
sino si vendiste tu conciencia para obtenerlo o si fuiste honesto y generoso
No importarán tus títulos;
sino si hiciste tu trabajo con lo mejor de tu capacidad.
No cuántos amigos tenías;
sino cuánta gente te consideraba su amigo.
No en qué vecindario vivías;
sino cómo tratabas a tus vecinos.
No el color de tu piel; sino la bondad de tu corazón" Por eso dice Jesús: "Lo que hiciste con uno de mis hermanos míos más pequeños conmigo lo hiciste" (Mateo 25,40) y San Juan de Cruz: "En la tarde te examinarán en el amor" (Dichos de Luz y de Amor)