martes, 26 de junio de 2018

Suelta las riendas


SUELTA LAS RIENDAS
"La voluntad de Dios no te llevará donde su gracia no te pueda sostener". No necesitas saber a dónde vas cuando sabes que quien te lleva es tu Padre. No necesitas controlarlo todo. Por un momento Confía, pon tus agobios a sus pies y déjate llevar. Por un momento suelta las riendas y deja que él conduzca, mientras tanto disfruta del paisaje en el asiento de atrás, Él te conducirá a puerto seguro. "El Señor es mi pastor, nada me faltará" Salmo 23,1 
Foto: Regrann from @fantastic_earth - Pula, Istria, Croatia
Photo by @kyrenian en instagram

Me has seducido Señor




ME HAS SEDUCIDO SEÑOR 
Mi madre me contó que cuando me tenía en su vientre sufrió mucho con el trabajo de parto. Ella hizo esta oración: "Si mi hijo se salva yo te lo entrego Señor." Yo me enteré de eso cuando me llevaba al convento de padres Carmelitas Descalzos a los 19 años. Lo decía llorando y casi como un reproche para sí misma, después me agradeció tantas bendiciones y alegrías recibidas. Jamás me presionaron para decidir mi vocación. A los 8 años con una mesa, un mantelito, la tapita del vasito de los helados y pepsicola celebraba misas en mi casa de la Fundación. Mis feligreses eran 3 vecinos. Cuando no venían ellos ponía los muñecos de mis hermanas a oir misa. Me ponían una atención impresionante. En mi casa hacían círculos de Biblia y oración de la Renovación Carismática. En mi rebeldía de adolescente me retiré de la iglesia, creo que es tan común ser joven y rebelde. Mi padre oraba mucho para que yo volviera. Y volví. A esa edad no solo no pensaba ser sacerdote. Es que ni quería. Pero ven. Dios pudo más. Estas palabras confirmaban mi llamado y todavía me conmueven cuando las vuelvo a leer: "Me llegó una palabra de Yavé «Antes de formarte en el seno de tu madre, ya te conocía; antes de que tú nacieras, yo te consagré, y te destiné a ser profeta de las naciones.» Yo exclamé: «Ay, Señor, Yavé, ¡cómo podría hablar yo, que soy un muchacho!» Y Yavé me contestó: «No me digas que eres un muchacho. Irás adondequiera que te envíe, y proclamarás todo lo que yo te mande. No les tengas miedo, porque estaré contigo para protegerte -palabra de Yavé.» Entonces Yavé extendió su mano y me tocó la boca, diciéndome: «En este momento pongo mis palabras en tu boca. En este día te encargo los pueblos y las naciones: Arrancarás y derribarás, perderás y destruirás, edificarás y plantarás" Jeremías 1,4-10

Háblale a Dios de tu hijo





LA ORACIÓN DE MÓNICA
Hace muchos años y desesperada por su hijo sumergido en una vida de autodestrucción y desenfreno, se acercó una madre para pedirle al obispo Ambrosio, una fórmula para ayudar a su hijo a salir de tal desastre. Dos cosas le dijo el santo 
1) Mónica, no se puede perder un hijo de tantas lágrimas 
2) No le hables tanto a Agustín de Dios y háblale más a Dios de Agustín.
Mónica cambió de método y el resultado fue maravilloso. San Agustín escribiría luego sus "Confesiones" y cómo la oración de Santa Mónica le hizo tener un encuentro con Dios y lo convirtió en uno de los más grandes santos de la historia. Funciona. Tus hijos se pueden fastidiar de que les hables mucho de Dios, pero Dios nunca se cansará de que le hables de tus hijos. Quizas Dios te haga ver que no son tan malos como crees, quizas te invite a quererlos como son y a descubrir sus grandes virtudes y bondades aunque no cumplan con ritos. La mayoría de las veces los jóvenes no rechazan la religión sino a algunas personas cuyas prácticas religiosas son repetitivas, vacías, incoherentes y cuya vida es tan amargada y gris que no despiertan ninguna gana de acercarse a "su religión" . Siempre son necesarias las normas claras y las sanciones pertinentes adecuadas a la edad y psicológicamente constructivas. Pero creeme, hay edades y personas que mientras más les insistes más los alejas. Nada de sermones y discursos interminables de condenación. Que tu amor y vida coherente con lo que predicas, sea tu mejor sermón y recuerda, quien sabe lo que sembró no le tiene miedo a la cosecha. No le hables tanto a tu hijo de Dios y háblale más a Dios de tu hijo.

Sagrado Corazón de Jesús




Es muy necesario volver al Sagrado Corazón de Jesús, sobre todo en medio de tantas predicaciones de condenación, más sustentadas en proyecciones humanas que en en el verdadero Jesús, misericordioso y perdonador. Su representación artística nos muestra a un Jesucristo desnudando su pecho. Te dice que Él tiene corazón, y que ese corazón es bueno, que no te rechaza, que no te excluye, que no te margina, sea cual sea tu condición o tu pasado.
Un corazón que recibe al hijo pródigo arrepentido (Lucas 15,11-32) y deja 99 ovejas por buscar a la que se le perdió (Lucas 15, 3-6). Que se alegra por un solo pecador que se convierte que por muchos que no necesitan conversión (Lucas 15, 7). Que se compadeció de la Viuda de Nahim por su hijo muerto (Lucas 7,13). Que se conmovió hasta el alma y lloró por la muerte de Lázaro y por el llanto de Marta y María (Juan 11,33-35)
Que descubrió tras el ropaje de una prostituta a una mujer cuyo corazón amaba mucho más que el de los religiosos de su tiempo (Lucas 7,44-47), que se fue a alojar en la casa de un pecador (Lucas 19,5-7) Que nos invitó a descansar en Él: "Vengan a mi los que se sienten cansados y agobiados porque yo los aliviaré" Mateo 11,28. Que se compadecía de la gente porque estaban como ovejas sin pastor (Marcos 6,34)
Siempre hay alguien que tiene una puerta abierta cuando otras se cierren para ti. El Corazón de Jesús es esa puerta siempre abierta. Acércate al Sagrado Corazón de Jesús, encomiéndale tu causa y la de los tuyos. Cobíjate en su pecho. El amor de su corazón es mucho más grande que tus errores y pecados. Abandónate con confianza en sus brazos, lava sus pies con tus lágrimas y permite que el bálsamo que sale de su corazón lave, purifique y sane el tuyo y dile: "Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío."

Reconquistando la Paz



1) Haz una lista de lo que te quita la paz y de lo que te la genera, desde la música que escuchas hasta las personas con las que te relacionas y elige lo que más te ayude a conseguirla
2) Programa el futuro pero no lo conviertas en obsesión. Hay que ocuparse pero no preocuparse. "Todas nuestras neurosis son el resultado de no vivir el momento presente". Dyer "Ni se preocupen por el día de mañana, el mañana se preocupará de sí mismo. Basta con las penas de hoy" Mateo 6,34
3) Trabaja por la excelencia pero con una serena aceptación de la realidad, entendiendo que los fracasos, las caidas, las reincidencias son parte de la vida.
4) Es preferible tener paz a tener la razón. No pierdas importantes relaciones por querer imponer a los demás tu punto de vista.
5) “Digan SÍ cuando es SÍ y NO cuando es NO” Mateo 5,37. Decir que sí cuando quieres decir que no, por miedo al rechazo, es un atentado contra tu persona y un generador de Stress que desgasta. Conoce tus límites, actúa dentro de ellos y hazlos respetar.
6) No conviertas a alguien o a algo en una obsesión. Ni para bien ni para mal. Ni siquiera la religión. La obsesión genera fanatismo, quita la paz y te hace perder el disfrute de todo lo demás.
7) "No se cansa el ojo de ver, ni se cansa el oído de oír" Eclesiastés 1,8 Nos encontramos sobresaturados de información con las redes sociales y muchas veces tóxica. Hay que ser selectivo y rescatar espacios para los encuentros directos con la naturaleza, las personas y otro tipo de actividades.
8) Ora. "No se inquieten por nada; antes bien, en toda ocasión presenten sus peticiones a Dios y junten la acción de gracias a la súplica. Y la paz de Dios, que es mayor de lo que se puede imaginar, les guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús." Filipenses 4,5-7
Abrazos

No todo se explica


Cuando la gente pasa por grandes tribulaciones o malos momentos, surge de inmediato, casi instintivamente la pregunta ¿Por qué ocurrió esto? ¿Por qué a mí?. Esa pregunta muchas veces atormenta y no soluciona nada. Por años he escuchado la propuesta de algunos líderes religiosos de distintas iglesias y coaches recomendando que la pregunta debe ser cambiada por esta: ¿Para qué?. Nunca me terminó de convencer esa pregunta hasta que encontré esta frase anónima que sí me convenció: "No todo se explica. No todo tiene respuesta. No todo tiene sentido. No todo es justo. No todo es lógico. ¡Aprende a vivir con eso!." Y es que definitivamente, hay casos en que no funcionan ni el por qué ni el para qué y me encuentro personas con doble tribulación. Por un lado el terrible drama o tragedia que viven y por el otro la cabeza dando vueltas, buscando explicaciones trascendentes, a veces para terminar "justificando injusticias" o para "justificar a Dios" cuando él ni siquiera tiene ninguna responsabilidad sobre eso. Cosas que simplemente son como son y ocurrieron de tal manera, sobre las cuales nada hay que aprender sino que lamentar . Es cierto que Dios sabe sacar cosas buenas de lo malo, ese es su trabajo (Romanos 8,28) pero a nosotros no nos toca responder por él. Entonces ¿Que queda en algunos casos? Nada, la vida es como es. Tome fuerza en la oración para superarlo, ármese de valor y siga adelante. Y si como desahogo le nace gritar ¡Por qué¡, dese el permiso, no le haga caso a los beatos, algo similar gritó Jesús en la Cruz: "por qué me has abandonado". Y si quiere llorar en mi hombro se lo presto un rato