miércoles, 28 de diciembre de 2016

Herodes y los inocentes


Se sabe por el historiador judío Flavio Josefo acerca de lo sanguinario que fue Herodes el Grande, rey de los judíos impuesto por Roma, nombrado a dedo por Marco Antonio y mencionado en el evangelio según San Mateo (2,1-12) como el causante de la muerte de muchos niños, por miedo a que alguno de ellos fuera el Mesías anunciado por los profetas y pudiera derrocarlo.

Narra el evangelista que el niño Jesús, que ni de grande intentó quitarle poder político a nadie, como lo declaró ante Pilato: "Mi Reino no es de este mundo", fue preservado cual nuevo Moisés, de la muerte auspiciada por el sátrapa dictador que hizo lo posible por mantenerse en el poder, reprimió a sus súbditos, usó su policía secreta para monitorear y recibir información de los sentimientos que tenía el pueblo hacia él, prohibió protestas y encarceló y asesinó a algunos opositores y murió luego de una penosa enfermedad en su bajo vientre.

La costumbre de hacer bromas, "hacer caer por inocente", asociada a este día no tiene que ver tanto con el asesinato de "los inocentes" sino más bien con el hecho de que los reyes no se prestaron a dialogar con Herodes de regreso a su visita a la Sagrada Familia, para darle la información que él quería, a saber, el lugar exacto del nacimiento del niño Mesías. Así cayó el tirano por inocente, quien lo iba a creer, al mejor cazador se le escapa la liebre.

Para evitar malos entendidos acerca de la frase de Jesús "De los que son como niños es el Reino de los cielos" Marcos 10,14, Pablo tuvo que aclarar: "Hermanos, no se queden como niños en su modo de pensar. En el camino del mal sí sean como niños, pero adultos en su modo de pensar" 1 Corintios 14,20
Me extraña la ausencia de aquellas bromas inocentes que un día como hoy eran tan comunes en mi país, será que no estamos para bromas, o que a costa de caer por inocentes durante tantos años hemos perdido la inocencia, cosa que bien entendida, no está nada mal. 

Dios nos conceda la astucia de los reyes magos que hicieron que Herodes cayera. "Miren que los envío como ovejas en medio de lobos. Sean astutos como sepientes y mansos como palomas" Mateo 10,16 Es decir, mansos pero no mensos

martes, 6 de diciembre de 2016

La Navidad y sus símbolos


La Primera Navidad, fue sumamente sencilla. Una humilde familia contempló el nacimiento de un niño que se convertiría en la persona más influyente en la humanidad y que partió cronológicamente la historia de la humanidad en dos partes. Esta celebración que en cuanto a la época del año, sustituyó la fiesta pagana del Sol, para recordar que Jesucristo es el Sol que nace de lo alto para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la Paz. (Lucas 1,78)

El Pesebre:
Se atribuye a San Francisco la elaboración del primer Pesebre, también llamado “Belén” o “Nacimiento”. En su caso fue un pesebre “viviente”, una escenificación de los relatos del nacimiento del Niño Dios en una cueva, una Noche Buena, en el año 1223 con animales. EL pesebre era una forma visual de predicar el evangelio incluso para los que no sabían leer.

San Nicolás:
Fue un Obispo Católico de Turquía del siglo IV. Su devoción se propagó mucho en Alemania, su nombre en Alemán, “San Nikolaus”, derivó en “Santa Claus”. Este santo Benefactor de los necesitados es representado con bolsas de regalos y unos niños pobres a sus pies. En 1823 el escritor inglés Clement Moor en su libro “Una visita de San Nicolás” lo asoció con un viejito que viajaba con un trineo tirado por renos, los irlandeses le agregaron la figura de los duendes que le ayudaban a fabricar los juguetes para ser distribuidos a los niños. En 1866, el dibujante Thomas Nast, lo dibujó con su aspecto bonachón y de larga barba. El aspecto actual del personaje tal como se le conoce popularmente, proviene de una propaganda de la Cocacola quien lo usó de manera comercial

El Árbol:
Cuando los primeros cristianos llegaron a Europa del Norte, vieron cómo los habitantes de esas zonas, celebraban rituales religiosos asociados al árbol de Pino, que permanece verde a pesar del invierno como signo de eternidad, en fechas cercanas a la Navidad. San Bonifacio, en el siglo VII, le dio al árbol el significado de Jesucristo que venció la muerte, las manzanas con las que lo adornó simbolizaban los frutos que produce quien se acerca al amor de Dios y luces a los cristianos, que iluminados por Cristo son llamados a ser luz del mundo. Con el correr del tiempo, las manzanas y las velas, se transformaron en esferas, luces y otros adornos


Corona de adviento
La corona de adviento es una tradición católica que simboliza el transcurso de las cuatro semanas de adviento (preparación para la navidad). Consiste en una corona de ramas de pino o abeto con cuatro velas. Comenzando el primer domingo de Adviento, se enciende una de las velas. Durante las siguientes tres semanas se encienden el resto hasta que la semana anterior a Navidad las cuatro velas están encendidas, como símbolo de Jesucristo que vino a iluminar con su venida a la humanidad.

Tarjetas de navidad
Sir Henry Cole, en el año 1843 encargó a John Calcott Horsley, un amigo pintor, que le dibujara y pintara una escena navideña, que luego mandaría a reproducir en una imprenta, para después escribirle unos breves deseos de felicidad, firmarlas y enviarlas a los amigos y familiares. Ese es el origen de las tarjetas de Navidad

Noche de Paz
Fue interpretado por primera vez el 24 de diciembre de 1818 en una iglesia dedicada a  San Nicolás en  Austria. La letra había sido compuesta en 1816 por el sacerdote Jhosep Mohr, pero en la víspera de Navidad se la llevó a Franz Gruber, maestro de escuela y organista y le pidió que le hiciera una composición musical y un acompañamiento en guitarra para el servicio de la Iglesia.


Villancicos y aguinaldos

El villancico es una forma musical y poética en castellano y portugués, de origen popular (de la villa) posteriormente comenzaron a cantarse en las iglesias y a asociarse específicamente con la Navidad. En Venezuela se les llama aguinaldos cuya palabra se asocia etimilógicamente a regalo y que es nuestro equivalente a los villancicos.