Las dos manifestaciones de religiosidad popular de mi padre fueron: El Sagrado Corazón de Jesús y la Divina Pastora. El primero, entronizado por el Monseñor Omar Ramos Cordero. Imagen ante la cual lo vio este testigo, arrodillado, en momentos difíciles. La segunda, la Divina Pastora, a la cual me enseñó a amar. Sobre sus hombros me senté cuando niño, en la 20 con Vargas, para ver cerca de la casa de sus primas a la hermosa imagen de la madre, mi primera novia (la pastora) y para ver en vivo a la “Pequeña Mavare.”
Mi declaración de amor a la Divina Pastora
Mi declaración de amor a la Divina Pastora
"Hermosa muñeca de madera policromada, te amo.
No te adoro porque no eres Dios, pero te amo desde pequeño, porque el artista que te hizo, supo plasmar en ti la dulzura, la paz y la ternura de mi madre María.
No te insulto cuando te digo muñeca.
Muñeca se le dice a las mujeres bonitas, muñeca bella, te amo.
Ningún cristiano con tres dedos de frente piensa que tú eres Dios, por lo tanto no somos idólatras.
Sólo cumplimos con la profecía: (Lucas 1, 48).
Te amo belleza, no me importa lo que digan los nuevos iconoclastas (los que rechazan las imágenes)
Te amo junto a tantos millones que te aman.
No te idolatro cuando te digo Divina, divina se le dice a las mujeres exquisitas.
Amo también y sobre ti al niño que llevas en los brazos, a mi hermano mayor, a Jesucristo, porque sé que allí también estoy contigo.
"Que bonito cuando te veo
que bonito cuando te siento,
que bonito es sentir que estas aquí, junto a mi...
Que bonito cuando me hablas,
que bonito cuando te callas,
Que bonito es sentir que estas aquí, junto a mí.
Que bonito sería poder volar,
y a tu lado ponerme aquí a cantar,
como siempre lo hacíamos los dos.
Que mi cuerpo no para de notar,
que tu alma conmigo siempre está
y que nunca de mi se apartará.
Que bonito tu pelo negro Ay,
que bonito tu cuerpo entero,
que bonito es sentir que estas aquí junto a mí,
junto a mí. Amén
A la espera de tu visita