1. EL ANVERSO
Amamos de una manera especial a María “La Madre de mi Señor” (Lc 1,43). Lucas menciona en la Biblia la sencillez de su figura humana: Un nombre común y un pueblito insignificante, prometida de un carpintero, sin títulos, ni condecoraciones (1,27); que se conmueve, teme y se pregunta porque no lo sabe todo (1,29-30); que se estremece de alegría (1,46); que camina de prisa por los cerros de Judá para visitar a Isabel (1,39); y la acompaña en su embarazo y parto (1,56). Censándose junto a José (2,4); embarazada, sin residencia, dando a luz humildemente (2,5-7); cumpliendo los ritos religiosos de su pueblo (2,22; 2,41); expuesta al dolor (2,34), maravillada y a veces descuidada (2,33; 2,43-44); emocionada (2,48).
2. EL REVERSO
Esta misma María es después de Jesús, la persona a la cual el Nuevo Testamento le dedica más piropos. Lucas, sólo en el capítulo 1, le dedica estos: Alégrate, llena de Gracia, el Señor está contigo (1,28); has encontrado el favor de Dios (1, 30). El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra (1,35); servidora del Señor, disponible a lo que Dios quiere (1,38); “al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre, Isabel se llenó del Espíritu Santo y exclamó en alta voz: Bendita eres entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre. ¿Cómo he merecido yo que la Madre de mi Señor venga a mí?. Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas. Dichosa tú por haber creído.” (1, 41-45). Dios la Salva, mira su condición humilde, todas las generaciones la llamarán bienaventurada, el Todopoderoso ha hecho obras grandes por ella (1,46-49).
Es la mujer orante, que medita en su corazón la obra de Dios en su vida y en la de su Hijo (Lc 2,19; 2,51); la mujer pendiente de nuestras necesidades que pide a Jesús por nosotros, y nos invita a seguirle a él (Jn 2, 1-5). Jesús nos la entrega en la cruz como a Juan el discípulo amado, para que la tengamos en nuestra casa y la aceptemos como Madre Nuestra (Jn 19, 26-27). Ella se hace presente con su oración allí donde ora la Iglesia (He 1,14)
3. EL ENIGMA DE" LA MUJER" DE LA BIBLIA
2) En el Apocalípsis 12, el último libro de la Biblia, aparecen otra vez los mismos personajes. La misma MUJER "anónima" vestida de sol con la luna bajo los pies y en su cabeza una corona de 12 estrellas. Está embarazada de Cristo (Apocalipsis 12,5), cita que identifica ya sin dudas a la mujer con la virgen María. Aparece otra vez el mal bajo el signo de un Monstruo rojo como el fuego de quien dice el libro del Apocalipsis 12,9 que es la misma serpiente del Génesis 3,15. El monstruo persigue a la MUJER y a "sus hijos". ¿Quienes son sus hijos?: Apocalipsis 12,7 dice que somos nosotros los creyentes en Cristo, los que tenemos a María como nuestrsa madre. La descripción de la mujer del Apocalipsis coincide con los símbolos de la imagen de la virgen de Guadalupe.
3) Para aclarar más la identidad de la "MUJER", en el Evangelio de Juan, el más simbólico de los cuatro evangelios, Jesús le dice a María su madre "MUJER" (Juan 2, 4). La primera vez es cuando María, intercediendo por los novios, ADELANTANDO la HORA de Jesús. Y la vuelva a llamar "MUJER" en la cruz, cuando se la entrega al discípulo amado (Juan 19, 26-27). Y no por distancia, sino por la relación que hay entre el Apocalipsis y el evangelio de Juan. Para que nadie dude de quién se trata.