Quienes lo conocimos personalmente, familiares y amigos, damos testimonio de que conocimos a un santo en vida
PRIMERA
PARTE: Biografía
José Genaro Pérez, nació
en Tamboral, distrito Crespo, estado Lara, una pequeña aldea cerca
de Duaca. Hijo de María Lourdes Pérez y Roso Rodríguez. Nació el 19 de
Septiembre de 1919. Tuvo una hermana y tres hermanos por parte de madre,
conocí a tía Eva y a tío Esteban. Por parte del padre conocí a dos, que
ya murieron: tío Gonzalo y tío Guzmán.
Comenzó a trabajar desde
los 7 años, recorriendo varias zonas de centro occidente, buscando
una situación económica mejor ya que su padre lo abandonó a temprana edad.
Estuvo en Duaca, regresó a Tamboral, el Paují, el Jebe. Llegó a cuidar chivos y
a vender leche a un sueldo de un real diario, en una época en la cual, un litro
de leche costaba 0,50 Bs; cinco arepas por 0,25 Bs; lo mismo que 5
conservas.
Viaja a Barquisimeto con
el firme propósito de conocer a su padre, pero la esposa de este le hizo la
vida muy difícil. En Barquisimeto trabajó de sirviente, “haciendo mandados”.
Entró a la escuela gracias a la iniciativa del señor Víctor Manuel Ros, y
estudió los tres primeros años de la primaria.
En 1931, a los 12 años,
estuvo en Trujillo y en Mérida, trabajando de peón en varios sitios y huyendo
de un sitio a otro debido a los malos tratos que recibió. Trabajando en una
hacienda, lo levantaban a las 5 de la mañana a moler maíz, echándole agua para
despertarlo. Con el sueldo que recibía se compró su primer reloj.
En 1935 decidió ir a ver
a su mamá. Pero antes le compró un par de zapatos. Cuando llegó a Barquisimeto
y preguntó a sus primas sobre ella, estas lo abrazaron llorando y le dijeron
que su madre había muerto. Su tía Flor fue para él su madre y sus primos sus
hermanos.
En Barquisimeto, cuando
sus calles no tenían números sino nombres, probó con varios oficios. Fue
limpiabotas, vendió El Impulso, vendió caramelos y chiclets para la
“Bombonera”. Por esa época se puso a conversar con un joven vendedor como él,
que le dijo que era de Tamboral. Cuando papá le preguntó el nombre de su madre,
y este le dijo que era María de Lourdes Pérez; Genaro le dijo: “Entonces tú
eres mi hermano Esteban”. Y se abrazaron.
También en Barquisimeto
aprendió el oficio de sastre con Virgilio Valera y aprendió a tocar guitarra,
motivado por la película mexicana “Allá en el Rancho Grande”. Entre 1943 y 1945
cumplió el servicio militar llegando a ser cabo II de artillería, manejando
ametralladoras Hoking 3,2 milímetros de la Segunda Guerra Mundial y
fusiles de 73, 2 milímetros. Allí comenzó su experiencia como barbero,
utilizando una silla de palo. El servicio militar lo pagó en el estado Zulia.
En 1945 trabajó en una
hacienda en Acarigua por dos años; en 1947 trabajó seis meses y medio en un depósito
de aguardiente; en ese mismo año se estableció definitivamente en Barquisimeto,
trabajando como sastre en la calle 27 entre 19 y 20 junto a Juan Martínez,
haciendo sacos de vestir a 14 Bs. En 1949 comenzó a trabajar como barbero,
trabajo que mantuvo, hasta el 2.009 en la Barbería “CHIC”, en la calle 31 entre
17 y 18. Empezó cobrando 2 bolívares a los caballeros y 1,50 a los niños.
Allí se dieron cita personas de todos los matices sociales, intelectuales,
gente de distintas tendencias políticas y se realizaban interesantes tertulias
sobre el presente y el pasado. Entre corte y corte se oían canciones de antaño
o Genaro tocaba su cuatro.
En Barquisimeto entró a
la “Juventud Obrera Católica”, agrupación que lo sacó de una época en la que se
definía como serenatero, enamorado, parrandero, fumador y bebedor. Se enamoró
de la que sería en adelante, la única mujer de su vida, Nelly Mercedes
Palencia, que era 15 años menor que él y que pertenecía a las “Hijas de María”.
Se casó a los 32 años. Genaro y Nelly tuvieron 5 hijos: Ivet Virginia; Luis
Guillermo(Memo); Yadira Pastora; Liset Josefina; Jesús Genaro (Chulalo)
El 14 de Septiembre de
1997, recibió de la Alcaldía de Iribarren, el reconocimiento de Ciudadano
Ejemplar de Barquisimeto, modelo para las generaciones presentes y futuras.
El cuadro de la barbería Chic: ¿Puede cortarme el pelito?
SEGUNDA
PARTE: Cualidades generales
Genaro ha recibido
muchos dones de Dios, y lo que es más importante, los ha puesto al servicio de
los demás. Se podría decir que Genaro es un hombre feliz, ama la vida y la
disfruta plenamente, su cara difícilmente se ve alterada, a veces luce serena y
casi siempre sonriente.
Los amores de Genaro se
podrían enumerar de mayor a menor así: 1.-Dios Todopoderoso. 2.-Su esposa y sus
hijos 2.- La Iglesia Católica 3.- Sus amigos 4.-Su Barbería Chic
5.-La Cooperativa 5 de Julio 6.- La música (oírla, cantarla y tocarla)
7.-Beisbol profesional y boxeo profesional 8.-Su partido político.
Respecto a su carácter,
Genaro es: paciente, optimista, improvisador, creativo, responsable, generoso,
intuitivo, sociable, trascendente, fiel, pacifista, alegre, colaborador,
trabajador.
Sus talentos:
Conversador, caminador, lector, compositor de merengues y baladas, cuatrista y
guitarrista, humorista, bailador, consejero, orante.
Entre sus frase
preferidas se encuentran. Si se le pregunta cómo está o cómo amaneció, el
responderá: “Mejor que ayer y peor que mañana”; si se le pregunta si está
cansado, dirá: “Cuando tenga cuatro velas en mi tumba”. Si se le pregunta cómo
se siente dirá: “Con las dos nalgas”. Un niño fuerte es un palo de hombre. Una
receta ocurrente para cada ocasión: Salivita e’ pito e’ policía; esencie e’
chancleta e’ loco; raspadura e’ poste de teléfono público,: leche de mosquito
muerto y sangre de pavorreal” Una frase muy suya: “Así es la vida”.
TERCERA
PARTE: Su relación con Dios
Si
se le pregunta a Genaro cuál es la fuerza que lo anima, no tardará en responder
que es Dios. Su trato con Él es constante. Aunque se acrecentaba en la mañana
cuando se levantaba, a las 5: 30 am y en la noche, ya en la cama. Allí se
sentaba a orar apoyando la espalda en la pared, a veces lo vi vencido por el
sueño, durmiendo sentado. El aprendió a orar espontáneamente en la
Renovación Carismática, alabando, dando gracias a Dios e intercediendo por su
prójimo. En su oración de intercesión encomendaba a una cantidad muy grande de
personas por sus nombres que formaban una larga letanía. Nunca le escuché una
mala palabra. Cuando estaba más molesto decía: “Benditas sean las cinco llagas
de Cristo”.
Genaro
alimentó su oración leyendo la Biblia. Tenía un ejemplar en la casa y otro en
la barbería de la versión Latinoamericana. De ésta, citaba de memoria algunos
pasajes. Le llamaba: “Las Sagradas Escrituras.”
También alimentó su vida con la misa dominical, a la cual asistió siempre,
cantando y tocando la guitarra, haciendo las lecturas y colaborando con las
actividades parroquiales. No importaba quién estuviera de visita, papá lo
dejaba plantado para asistir a misa.
Las dos manifestaciones de religiosidad popular de mi padre fueron: El Sagrado
Corazón de Jesús y la Divina Pastora. El primero, entronizado por el Monseñor Omar Ramos Cordero. Imagen ante la cual lo vio este testigo, arrodillado,
en momentos difíciles. La segunda, la Divina Pastora, a la cual me enseñó a
amar. Sobre sus hombros me senté cuando niño, en la 20 con Vargas, para ver
cerca de la casa de sus primas a la hermosa imagen de la madre, mi primera
novia (la pastora) y para ver en vivo a la “Pequeña Mavare.”
Genaro ejerció su oficio de predicador sobre todo en la barbería, usando como
fuente constante “Las Sagradas Escrituras” y habló sin temor de su amigo Dios a
católicos, evangélicos, conocidos y desconocidos. También lo realizó con la
familia, recordándonos la frase del Padre Nuestro: “Como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden.”
Fue gran admirador de la Madre Teresa de Calcuta y del papa Juan Pablo II.
Aunque respeta a los ministros del altar y no deja de excusarlos cuando puede,
manifiesta una clara preocupación respecto a las conductas escandalizantes y
político partidistas de algunos de los que afeitó.
CUARTA
PARTE: Su relación con los demás.
Genaro levantó a su
familia con su trabajo de barbería, con sus palabras, su conducta y con su
amor, y a todos nos hizo apreciar la música y las buenas costumbres. Genaro
estiraba milagrosamente su platica y alcanzaba para todos. Genaro era un
mediador de paz en la familia y prefería el silencio a la discusión. Cuando
necesitaba alzar la voz, lo hacía si ofender, sin malas palabras: “Por amor de
Dios.”
Al principio su suegra
Rosa Málaga Palencia no lo aceptaba, tal vez por racismo (Genaro es de piel
morena, pelo rizado y ojos marrones). Ella perseguía a la pareja y amenazaba a
Genaro con una bacinilla: “Te voy a bañar y no es de agua.”
Genaro se la ganó con su respeto y buen humor, “la Doña” le
decía, y por mucho tiempo le estuvo llevando pan de “La Alianza”. Cuando murió
“Malaquita”, Genaro estuvo sirviendo a cuantos la velaron. Hubo un momento en
el que se quedó solo él a su lado, barriendo el salón y contemplando el
misterio. Cuánto terminaron queriéndose. Siempre me decía que la visitara.
Su hijo "Memo" y su nieto Samuel
En la barbería afeitaba
sin preferencias y conversaba amigablemente con personas de religiones,
partidos políticos, pensamientos y edades distintas. Cortó el pelo desde
soldados rasos hasta generales y de monaguillos hasta cardenales. No pongo
nombres porque siempre quedaría mucha gente por fuera. Una vez un evangélico
tenía un dolor en un brazo, Genaro le pasó un masajeador mientras oraba por él
y se sanó. Los dos contaron el testimonio en sus Iglesias respectivas. La
barbería de Genaro era la más económica y afeitaba gratis a los mendigos y a
los loquitos. Lo saludaban gentes de todas las edades “Adiós Genaro” y él les
respondía por su nombre, era impresionante como recordaba el nombre de sus
amigos y de los familiares de estos. A los enfermos les hacía servicio a
domicilio. Una vez afeitando un anciano en su casa, el viejito comenzó a
quejarse, cuando Genaro le preguntó qué le pasaba, este respondió : “Vainas de
viejo.”
Con San monseñor Ramos Cordero
Los domingos en la
tarde Genaro compartía con su familia, cantaba, contaba; visitaba a sus
amigos enfermos y oraba por ellos; visitaba también e sus amigos en la
funeraria. En las mañanas dejaba frutas donde una hija suya “para que no
tomaran tanto refresco”; dejaba pan donde una señora que estaba en silla de
ruedas, conversaba con la gente por el camino y llegaba a la casa. Un día un amigo
le dijo: –“Genaro, qué te hiciste”- “Me corté el bigote”- “Y por qué”- “Porque
me veía muy viejo”-“A buena vaina Genaro”- “A buena vaina qué”- “Ahora pareces
una vieja.”
A los jóvenes que se
encontraba en la calle les decía: “Adiós Juventud” Y estos, a veces ebrios o
drogadictos le respondían: “Adiós juventud.” Últimamente, a eso de las tres de
la tarde, ponía maíz a las palomas, estas, puntualmente bajaban, unas
doscientas, a comer de lo que prodigaban las manos del venerable anciano
QUINTA
PARTE. Epílogo.
Calle
31 entre 17 y 18, edificio Texeira, cerca del Colegio Costa Rica y del
Estacionamiento de la Acosta Ortiz. A 3 casas de Hermán Garmendia y del Loco
Alirio, que no se bañaba. Arriba en el edificio mi tío Toto y mi tía Miriam; mi
prima Rut y mi primo German. Hermán Garmendia fue a afeitarse y Genaro le
preguntó: ¿Cómo quiere que lo afeite?. El periodista respondió: “En silencio”.
A los 50 años de Barbero papá había afeitado 124.800 personas. En la actualidad
tiene Cinco hijos, 8 nietos, cuatro biznietas por ahora.
Los nietos
Muebles de paleta, dos
sillas metálicas azules, que fueron parte del mobiliario del cine “Bolívar” y
que le costaron 10 Bolívares cada una. Una silla vieja de barbero, que servía
para montarse en ella y dar vueltas infinitas cuando yo era niño. Una mesita
llena de revistas LIFE, y Vidas Ejemplares de la extinta Editorial Novaro.
Siempre EL IMPULSO y EL
NACIONAL del día.
Su hija Lisette
Un perchero para el
cuatro, la camisa y un paraguas. Dos espejos mágicos y largos, uno frente al
otro, donde uno se veía y la imagen se repetía infinitamente. Un mueble
para los implementos de la barbería y una alcancía para el ancianato
Corazón de Jesús. Un famoso cuadro, donde un barbero le cortaba la cabeza a un
cliente, al asustarse por un melenudo que entraba diciéndole ¿Puede cortarme el
pelito?.
Papá me enseñó el amor
por la música, por la Iglesia, por la gente, y yo le pedí de herencia la
brochita de la espuma de afeitar
…A paso lento, a esperar
el Ruta Seis: ¡¡¡ TE AGARRO!!!, y conversaba con quienes se sentaban en la
buseta. Después que le operaron las cataratas comenzó el declive, a los 91 mi
héroe comenzó a caminar despacio y a caerse una que otra vez por el peso de una
escoliosis; a repetir varias veces la misma canción: “El perro de mi vecino
tiene un tufito que causa horror.” A apoyarse con un bastón, con una andadera,
en una silla de ruedas…
“Del Papá:
Querido hijo….El
día que me veas mayor y ya no sea igual que antes. Ten paciencia. Cuando
comiendo me ensucie; cuando me cueste vestirme: Ten paciencia. Recuerda las
horas que pasé enseñándotelo.
LETRA: Nelly de Pérez. MÚSICA: Genaro Pérez
Si repito las
mismas cosas, mil y una veces, no me interrumpas y escúchame. Cuando eras
pequeño te expliqué mil y una veces el mismo cuento para dormirte.
No te molestes
cuando me cueste bañarme. Recuerda las mil y una excusas que tenías cuando
eras niño para no hacerlo.
Cuando en algún
momento pierda el hilo de mi conversación, dame tiempo. Seguramente lo más
importante no era lo que te decía sino estar contigo y que me escucharas.
Si alguna vez no
quiero comer, no me fuerces. Conozco bien cuando lo necesito y cuando no.
Cuando mis piernas estén cansadas y no me dejen caminar, dame tu mano amiga.
Como yo lo hice cuando tú dabas los primeros pasos.
Su esposa Mamá Nelly
Y cuando llegue a
decirte que ya es hora de irme de esta vida, no te enfades. Algún día
entenderás que esto no tiene nada que ver contigo, ni con tu amor ni con el
mío. Simplemente que ya entregué todo lo que la vida esperaba de mí.
Algún día
descubrirás que pese a mis errores siempre quise lo mejor para ti y que intenté
preparar el camino que tú debías seguir.
No te sientas
triste o enfadado o impotente por verme de esta manera. Simplemente acompáñame
e intenta comprenderme como yo lo hice cuando tú empezaste a vivir. Ahora te
toca acompañarme en mi difícil caminar. Ayúdame a terminar este camino con amor
y paciencia. Yo te pagaré con mi sonrisa y con el inmenso amor que siempre te
he tenido.
2 de Noviembre de 2011: Una de las ventajas de ser
célibe, es que al final de cuentas somos los hijos más disponibles. Me traigo a
mi viejo para la Iglesia, a mi viejo de 92 años, al barbero Genaro que tantos
enfermos visitó, a que pase el resto de su vida conmigo, me lo traigo con sus
lagunas y sus escaras, con sus besos y sus oraciones. Claro que no estoy solo,
cuento con la ayuda de todos ustedes. Me lo traigo el viernes. Aquí tendrá la
paz que tanto necesita.
7 de Noviembre de 2011. Papá está mejor, tiene mayor
movilidad en sus miembros, ya está deshinchada la muñeca, está más despierto.
Se rio a carcajadas, y las escaras se ven mejor.
9 de Noviembre de2011: Hoy por primera vez afeité a
quien tantas veces me afeitó cuando era niño, caían moticas de algodón.
Vitico, Genaro, Ivette, Elizabet
18 de Noviembre de 2011:"La mirada es un milagro
¡Qué alegría sumergirse en los ojos del otro, en el océano interior de sus
ojos" Patriarca Atenágoras. Hoy le di la comunión a mi padre, primero
cerró los ojos. Después nos sumergimos mutuamente sin pestañear en nuestras o
miradas sin mediar palabra...y nos dijimos todo. Si así es la mirada de papá.
Cómo sera la de MI PADRE. Después le canté YO SOY TU SANGRE MI VIEJO y se nos
aguaron los ojos.
“Que plenitud sientes devolviendo el amor
recibido!, se cierra el círculo y el padre se fue convirtiendo en hijo y el
otrora hijo, en padre. No puedo pagarte sino con amor… Tu sonrisa Genaro, que sonrisa tan pura. Tu alma Genaro, que sincera y
transparente. Tu vida Genaro, irreprochable y ejemplar... Tus
cantos en la iglesia, que yo acompañaba aunque no me sabía bien la letra. Tus
pancitos dulces, y chocolates escondidos debajo de la almohada, los recuerdo
cada día. Tus clases de guitarra que yo pedía solo para estar contigo y verte
enseñar…
MI
NEGRO, mi sangre, mi orgullo, mi ejemplo, mi gran amor, mi viejo querido, estoy
contigo en pensamiento y alma, que Dios te bendiga. Eres el hombre más noble y
maravilloso que he conocido… Echaste cinco ramas y esas
a su vez se convirtieron en ocho y de éstas salieron cuatro y seguirán multiplicándose las ramas de ese
roble fuerte, de ese caserío cerca de la Perla del Norte (Duaca). Contra tu voluntad, acostado y no tumbado por ese viento
que desde niño te empujó y en vez de doblegarte, te hizo vivir la vida a
plenitud y perfumar nuestros días con el aroma del amor inagotable y eterno...”