viernes, 30 de noviembre de 2012

Incompatibilidad entre el esoterismo y el cristianismo



El mundo de lo esotérico (oculto) Nueva Era, Rosacruces, Gnosticismo y Metafí
sica de Connie Méndez, utiliza términos un vocabulario aparentemente inocente y hasta cristiano pero con sentido distinto. Para los cristianos:

1. Dios es un ser personal:
Enteramente bueno, misericordioso y liberador, el Padre de Jesús. Dios no es para nosotros un ente impersonal; ni una Energía Cósmica; ni una simple Conciencia Universal; ni sólo un Arquitecto del Universo. Sólo un Dios personal puede llenar las profundas necesidades afectivas del ser humano.

2. Para Nosotros, Jesucristo:
Es 100 % Dios y 100 % hombre, es el Salvador definitivo. Jesús no es un simple rabino de Galilea, ni un “maestro ascendido”, comparable con cualquier otro maestro por sabio y santo que fuese. Ni tenemos que esperar a otro mesías, venga de la China o Egipto, de la India o el Tíbet. “Si les dicen, miren, Cristo está aquí o allá, no les crean. Porque vendrán mesías y profetas falsos, que harán señales y prodigios con el fin de engañar aún a los elegidos si esto fuera posible.” (Marcos 13, 21-22)

3. Creemos en el Espíritu Santo:
Tercera persona de la Santísima Trinidad, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y Gloria, que sigue hablando por los profetas y mártires. No creemos en el Espíritu de la Navidad, ni consultamos espíritus, llámense ángeles o difuntos.

4. La Comunidad Creyente:
No creemos en un cristianismo sin comunidad, en el cual cada cual se hace una religión intimista según su antojo o capricho.
No rezamos el “Padre mío”, ni el “Padre yo”, sino “El Padre Nuestro”.

5. Amor efectivo al prójimo:
Sea cual sea nuestra ideología, en la tarde, todos seremos examinados en el amor. La prueba de la autenticidad de nuestra relación con Dios no consiste en que poseamos algún tipo de conocimiento esotérico, o en que aprendamos a levitar, o a pensar positivo, o a entrar en Ondas Alfa. La prueba definitiva de la autenticidad de nuestro cristianismo es el amor concreto y efectivo, respecto a los marginados de la sociedad: enfermos, hambrientos, encarcelados, desnudos, sedientos, forasteros. (Mt 25, 35ss)

6. La oración cristiana:
Es trato de amistad con Dios. No consiste en un tipo de relajación, aunque esta pueda ayudar. Jesucristo estaba orando en la cruz y no estaba nada relajado. Tampoco consiste en una especie de meditación o Control Mental, por muy trascendental que sea.

7. La libertad:
Creemos que el hombre es esencialmente libre. La vida de la persona humana no está determinada ni por su Karma o reencarnaciones, ni por los astros o el horóscopo, ni por las energías negativas, ni por los demonios, ni por los extraterrestres, ni siquiera por Dios. Los cristianos creemos además que la libertad plena contra toda atadura, la encontramos en Jesucristo, hombre libre y liberador. (Gal 5,1)

8. La Gracia:
No por méritos propios, sino por Gracia, hemos sido salvados. La Salvación es un don gratuito de Dios a los hombres. Nada que podamos hacer por nuestra propia cuenta, puede pagar el don de Dios, quien “dejó constancia del amor que nos tiene, hasta el punto de que, siendo aun pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Rom 5,8)

No nos salvamos por ningún esfuerzo ascético, ni por rituales de iniciación o purificación, ni por continuos ayunos o dietas vegetarianas: “El Reino de Dios no es cuestión de comida o de bebida, es ante todo justicia, paz y alegría en el Espíritu” (Rom 14,17)

9. Conversión:
El cristiano se percibe a sí mismo como un continuo peregrino del espíritu, necesitado de conversión como respuesta al amor que Dios le tiene.“El plazo está vencido, el Reino de Dios se ha acercado. Conviértanse y crean en la Buena Nueva”, es la primera predicación de Jesús (Mc 1,17). La Nueva Era descarta la conversión, prescinde de toda moral.

10. Nuestra visión del mundo:
La Metafísica y la Nueva Era, tienden a barnizar la realidad con un toque rosado brillo de seda. “Todo es bello si tú lo ves bello.” “Piensa positivo y todo será positivo.” El cristiano es realista y esperanzador, sin ser amarillista como “al rojo vivo”, ni ingenuos, como la revista “Hola”. No nos quedamos como simples espectadores de la realidad, sino que trabajamos para adelantar el reino de Dios, Reino de justicia, de paz y de fraternidad.Creemos en la resurrección de los hombres, quienes mueren una sola vez y después viene para ellos el juicio (Heb 9,27) No creemos en la reencarnación ni en la purificación de este mundo por realidades extraterrestres. Los astros y el destino no pueden atemorizarnos, cuando sabemos que con nosotros está el Creador de los astros. Nada tenemos que aprender de supuestos Antiguos, porque el cristianismo es novedad eterna: ¿Acaso no predicamos la Buena Nueva, y el hombre nuevo, liberado del pecado?. No esperamos que nadie venga a salvarnos desde el espacio cósmico, porque ya nos ha venido un Salvador desde más allá de este mundo.