martes, 26 de junio de 2018

Me has seducido Señor




ME HAS SEDUCIDO SEÑOR 
Mi madre me contó que cuando me tenía en su vientre sufrió mucho con el trabajo de parto. Ella hizo esta oración: "Si mi hijo se salva yo te lo entrego Señor." Yo me enteré de eso cuando me llevaba al convento de padres Carmelitas Descalzos a los 19 años. Lo decía llorando y casi como un reproche para sí misma, después me agradeció tantas bendiciones y alegrías recibidas. Jamás me presionaron para decidir mi vocación. A los 8 años con una mesa, un mantelito, la tapita del vasito de los helados y pepsicola celebraba misas en mi casa de la Fundación. Mis feligreses eran 3 vecinos. Cuando no venían ellos ponía los muñecos de mis hermanas a oir misa. Me ponían una atención impresionante. En mi casa hacían círculos de Biblia y oración de la Renovación Carismática. En mi rebeldía de adolescente me retiré de la iglesia, creo que es tan común ser joven y rebelde. Mi padre oraba mucho para que yo volviera. Y volví. A esa edad no solo no pensaba ser sacerdote. Es que ni quería. Pero ven. Dios pudo más. Estas palabras confirmaban mi llamado y todavía me conmueven cuando las vuelvo a leer: "Me llegó una palabra de Yavé «Antes de formarte en el seno de tu madre, ya te conocía; antes de que tú nacieras, yo te consagré, y te destiné a ser profeta de las naciones.» Yo exclamé: «Ay, Señor, Yavé, ¡cómo podría hablar yo, que soy un muchacho!» Y Yavé me contestó: «No me digas que eres un muchacho. Irás adondequiera que te envíe, y proclamarás todo lo que yo te mande. No les tengas miedo, porque estaré contigo para protegerte -palabra de Yavé.» Entonces Yavé extendió su mano y me tocó la boca, diciéndome: «En este momento pongo mis palabras en tu boca. En este día te encargo los pueblos y las naciones: Arrancarás y derribarás, perderás y destruirás, edificarás y plantarás" Jeremías 1,4-10