miércoles, 11 de abril de 2012

Horóscopo y astrología


                       




"Que no haya en medio de ti nadie que haga pasar
 a su hijo o a su hija por el fuego; que nadie practique encantamientos
 o consulte a los astros; que no haya brujos ni hechiceros
 Deuteronomio 18, 10

 Te cansas con tantos consejos.
 Que se presenten y que te salven 
los que describen los cielos y observan las estrellas,
 y te dan a conocer, cada mes, lo que te sucederá. Serán todos como paja
Isaías  47,13


La astrología, es un arte adivinatoria que pretende predecir el porvenir mediante el estudio de los astros. Supone que el magnetismo de los cuerpos celestes influye sobre las inclinaciones de conductuales personales y comunitarias. No debe confundirse con la astronomía, que es el estudio serio y científico de las características, distancias y cualidades de los astros.

El horóscopo, sería la representación gráfica del cielo: posición de la  luna, el sol, y los planetas respecto a los signos del zodíaco, en el momento del nacimiento de una persona. Este gráfico correctamente elaborado, serviría para que el astrólogo dedujera el destino de esa persona, a quien le correspondería un signo zodiacal; cómo siente, piensa y razona, si tiene tendencia a engordar o a rebajar, cuál es su vocación, la misión de su vida y el grado de  compatibilidad con su cónyuge. Para hacer este gráfico, los astrólogos dividen el cielo en doce áreas. Esta división recibe el nombre de Zodíaco. A los grupos de estrellas que quedan dentro de cada área se les llama, los doce Signos  del Zodíaco.

Esta técnica es presentada por los astrólogos como una ciencia que emplea las matemáticas, las estadísticas y está respaldada por una experiencia milenaria. Se apoyan en la influencia de la luna llena, sobre la marea alta, las heridas, los pacientes psiquiátricos y las plantas.

Sucede sin embargo, que dos personas de un mismo signo son muy distintas entre sí, personas de signos opuestos, se llevan muy bien, e incluso los  mellizos se diferencian por muchas cosas. ¿Qué responden los astrólogos cuando se les hace ver que  las características de una persona son a veces muy distintas a las que debería tener según su signo?.

Responden que el signo solar es sólo una imagen difusa, que no hay persona sobre la tierra que corresponda a un solo signo astrológico, que somos mezcolanzas heterogéneas de varios signos en proporciones muy diversas, que el horóscopo natal no es tan estático como parece, que se producen modificaciones del sello original según el planeta en tránsito, que los signos astrológicos influyen en la vida pero no la determinan, pero que sin embargo es bueno conocer las características favorables o desfavorables para manejarse más responsablemente por la vida.  Todo esto me parece un acto de humildad, pero desdice mucho del carácter de ciencia que le quieren dar a la astrología.

Otros dicen que las variantes astrológicas son tantas que sólo algunos pocos expertos, pueden hacer una carta astral perfecta e interpretarla bien. Leamos por ejemplo lo que dice el fundador de la GFU, (aclaramos que no es necesario que entienda lo que sigue, de seguro que el fundador de la GFU tampoco lo entendía)

                “Para emitir una opinión correcta, hay que tomar en cuenta muchísimas consideraciones: Distancias angulares entre los planetas, posiciones planetarias en los signos y en las Casas, estado cósmico de los planetas, grados extrazodiacales, posiciones radicales en tránsito, en progresiones, precesión equinoccial, el ciclo anual, las direcciones primarias, las cúspides topocéntricas, la ascensión oblicua, y los controles de precisión en diezmilésima de segundo de arco...[1]

En cualquier tratado de Climatología Médica  se puede leer cómo el sol y por ende, el clima y las estaciones, pueden influir sobre la salud y el carácter de una persona. Sabemos que la acción gravífica de la luna, influye sobre las mareas, la atmósfera y los sólidos, “pero bien claro está que nada de esto tiene que ver con el pretendido influjo astrológico deducido de la posición de los astros”.[2]
               
Muchos científicos han explicado las razones por las cuales la astrología no puede considerarse una ciencia, entre ellos, se encuentran: B.J.Bok, profesor de Astronomía en la universidad de Harvard,  Antonio Romañá científico experto en astronomía y electromagnética; Ernst Zinner, astrónomo alemán, Carl Sagan, astrónomo de la universidad de Cornell; Cornelis de Jager, astrofísico de la universidad de Ultrecht; Isaac Asimov bioquímico y escritor; Mario Bunge, filósofo de la universidad de Mc Gill; Dra. Jáckeline Mitton de la sociedad astronómica de Londres y otros.

Nombremos ahora, las razones que le restan validez científica a la astrología:
               
a. La astrología parte de una visión superada del mundo según la cual la tierra estaba  inmóvil y era el centro del universo. Además, los creadores del horóscopo creían que la tierra era plana y que las estrellas y los astros eran una especie de dioses.

b. El recurso a los horóscopos post-morten: Los “horóscopos hechos a posteriori, como son los que, hoy en día, se hacen de personajes célebres, por ejemplo, Felipe II o Napoleón, no prueban absolutamente nada. Fácil es predecir cuando ya la predicción se ha realizado.” [3] Además un astrólogo puede escoger sólo aquellos personajes que concuerdan más con las características que se le atribuyen a un signo.

c. Suman 280.000.000 el número posible de relaciones de signos zodiacales con planetas, sol, luna y otros factores que pueden influir en el cumplimiento de un acontecimiento.Dado el número de combinaciones posibles, tal cumplimiento no podrá aspirar a otra cosa que a ser considerado como coincidencia al azar.” (pg.  119)

d. El número de signos y el nombre de los mismos han sido asignados arbitrariamente: Al contemplarse el cielo estrellado, se forman grupos de estrellas, las cuales según la imaginación de cada quien se pueden parecer a una persona, a un animal o a una cosa. Es natural que a los griegos se le parecieran a sus dioses. Por ende, el número de signos, es decir, de agrupaciones de estrellas y su nombre dependen de la imaginación del observador. Ptolomeo describía cuarenta y ocho, en la Biblia se les dan a algunas, los nombres de Pléyades, Orión y las Osas sin atribuirles ningún valor astrológico.

 En los países influenciados por los Caldeos y Babilonios se agrupan las estrellas de la misma manera, “Pero el caso es enteramente diverso si nos trasladamos, por ejemplo a China, o, en América, a la civilización maya e inca. No sólo los nombres, sino el agrupamiento de estrellas en constelaciones, es totalmente diverso.” (pg. 123)

No, no hay tales constelaciones, señores y señoras pitonisas... En Babilonia ponían las denominaciones a los grupos de astros fijos, diciéndose entre sí, los astrólogos: ¿No te parece aquello un escorpión o dos peces? ¿No tiene ese conjunto de allá arriba una semejanza con Casiopea? Y bautizaron esos clavos dorados de la noche, según sus imaginaciones.” [4]

e. Un gran desconocimiento de las distancias interestelares:
Aunque a simple vista, muchas estrellas parecen cercanas unas de otras, “Las más de las veces, por no decir casi siempre, las estrellas de una misma constelación no tienen en absoluto nada que ver unas con otras... muchas se hallan separadas por distancias inmensas... En una palabra, como vulgarmente se dice, va cada una por su lado y si se hallan agrupadas por el hombre en una misma constelación es solamente fruto de la fantasía.” (pg. 123).

El Sol, nuestra estrella más cercana, dista de nosotros 150 millones de kilómetros. Alfa Centauro, la estrella más cercana después del Sol, dista de nosotros unas 273.000 veces la distancia del Sol.  Si al Sol lo tuviéramos a un metro de distancia, Alfa centauro estaría a 273 kilómetros de distancia. “Suponiendo que su naturaleza, y, por tanto, su influjo fuese igual al del Sol, su acción sobre nosotros en virtud de la Ley del cuadrado de la distancia, sería 74.000.000.000 de veces menor. ¿Qué puede representar tal influjo?, y eso que es la estrella más cercana.” (pg. 135) “Si las estrellas, o algunas de entre tantas fijaran nuestro futuro, estaríamos fuñidos, porque hoy se conocen millones de galaxias, cada una con millones de astros, y es mucho peso el de tal enladrillamiento estelar, para cargarlo a las espaldas de un recién nacido.” [5]

f. Inclinación del eje de rotación terrestre:
El eje de rotación terrestre se ha corrido desde el año 140 a.C. hasta la actualidad  29,5 º hacia atrás, eso significa que aun cuando fuera cierta la influencia de los astros sobre el ser humano, a cada cual le correspondería un signo zodiacal distinto.


[1] DE LA FERRERE, Ob. cit. pg. 158.
[2] GANUZA, J. La avalancha... pg. 116.
[3]  Al menos que se indique lo contrario seguiremos al libro de Ganuza, citado arriba.
[4]  RIAL, José Antonio. “Adivinación según los doce signos”. El Nacional. A-5. 1 de Junio de 1994.
[5] Ibid.