"Que no haya en medio de ti nadie que haga pasar
a su hijo o a su hija por el fuego; que nadie practique encantamientos
o consulte a los astros; que no haya brujos ni hechiceros
Deuteronomio 18, 10
Te cansas con tantos consejos.
Que se presenten y que te salven
los que describen los cielos y observan las estrellas,
y te dan a conocer, cada mes, lo que te sucederá. Serán todos como paja
Isaías 47,13
La astrología, es un arte adivinatoria que pretende predecir el porvenir mediante el estudio de los astros. Supone que el magnetismo de los cuerpos celestes influye sobre las inclinaciones de conductuales personales y comunitarias. No debe confundirse con la astronomía, que es el estudio serio y científico de las características, distancias y cualidades de los astros.
El horóscopo, sería la representación gráfica del cielo: posición de la luna, el sol, y los planetas respecto a los signos del zodíaco, en el momento del nacimiento de una persona. Este gráfico correctamente elaborado, serviría para que el astrólogo dedujera el destino de esa persona, a quien le correspondería un signo zodiacal; cómo siente, piensa y razona, si tiene tendencia a engordar o a rebajar, cuál es su vocación, la misión de su vida y el grado de compatibilidad con su cónyuge. Para hacer este gráfico, los astrólogos dividen el cielo en doce áreas. Esta división recibe el nombre de Zodíaco. A los grupos de estrellas que quedan dentro de cada área se les llama, los doce Signos del Zodíaco.
Esta técnica es presentada por los astrólogos como una ciencia que
emplea las matemáticas, las estadísticas y está respaldada por una experiencia
milenaria. Se apoyan en la influencia de la luna llena, sobre la marea alta,
las heridas, los pacientes psiquiátricos y las plantas.
Sucede sin embargo, que dos
personas de un mismo signo son muy distintas entre sí, personas de signos
opuestos, se llevan muy bien, e incluso los
mellizos se diferencian por muchas cosas. ¿Qué responden los astrólogos cuando se les hace ver que las características de una persona son a
veces muy distintas a las que debería tener según su signo?.
Responden que el signo solar es
sólo una imagen difusa, que no hay persona sobre la tierra que corresponda a un
solo signo astrológico, que somos mezcolanzas heterogéneas de varios signos en
proporciones muy diversas, que el horóscopo natal no es tan estático como
parece, que se producen modificaciones del sello original según el planeta en
tránsito, que los signos astrológicos influyen en la vida pero no la
determinan, pero que sin embargo es bueno conocer las características
favorables o desfavorables para manejarse más responsablemente por la
vida. Todo esto me parece un acto de
humildad, pero desdice mucho del carácter de ciencia que le quieren dar a la
astrología.
Otros dicen que las variantes astrológicas son tantas que sólo
algunos pocos expertos, pueden hacer una carta astral perfecta e interpretarla
bien. Leamos por ejemplo lo que dice el fundador de la GFU, (aclaramos que no
es necesario que entienda lo que sigue, de seguro que el fundador de la GFU
tampoco lo entendía)
“Para emitir una opinión correcta, hay que tomar en cuenta muchísimas
consideraciones: Distancias angulares entre los planetas, posiciones
planetarias en los signos y en las Casas, estado cósmico de los planetas,
grados extrazodiacales, posiciones radicales en tránsito, en progresiones,
precesión equinoccial, el ciclo anual, las direcciones primarias, las cúspides
topocéntricas, la ascensión oblicua, y los controles de precisión en
diezmilésima de segundo de arco...” [1]
En cualquier tratado de
Climatología Médica se puede leer cómo
el sol y por ende, el clima y las estaciones, pueden influir sobre la salud y
el carácter de una persona. Sabemos que la acción gravífica de la luna, influye
sobre las mareas, la atmósfera y los sólidos, “pero bien claro está que nada de esto tiene que ver con el pretendido
influjo astrológico deducido de la posición de los astros”.[2]
Muchos científicos han explicado
las razones por las cuales la astrología no puede considerarse una ciencia,
entre ellos, se encuentran: B.J.Bok,
profesor de Astronomía en la universidad de Harvard, Antonio
Romañá científico experto en astronomía y electromagnética; Ernst Zinner, astrónomo alemán, Carl Sagan, astrónomo de la universidad
de Cornell; Cornelis de Jager,
astrofísico de la universidad de Ultrecht; Isaac
Asimov bioquímico y escritor; Mario
Bunge, filósofo de la universidad de Mc Gill; Dra. Jáckeline Mitton de la sociedad astronómica de Londres y
otros.
Nombremos ahora, las razones que
le restan validez científica a la astrología:
a. La astrología parte de una visión superada del mundo según la cual la
tierra estaba inmóvil y era el centro del universo. Además, los creadores del horóscopo creían que la tierra
era plana y que las estrellas y los astros eran una especie de dioses.
b. El recurso a los horóscopos post-morten: Los “horóscopos hechos a
posteriori, como son los que, hoy en día, se hacen de personajes célebres, por
ejemplo, Felipe II o Napoleón, no prueban absolutamente nada. Fácil es predecir
cuando ya la predicción se ha realizado.” [3]
Además un astrólogo puede escoger sólo aquellos personajes que concuerdan más
con las características que se le atribuyen a un signo.
c. Suman 280.000.000 el número posible de relaciones de signos zodiacales
con planetas, sol, luna y otros factores que pueden influir en el cumplimiento
de un acontecimiento. “Dado el número
de combinaciones posibles, tal cumplimiento no podrá aspirar a otra cosa que a
ser considerado como coincidencia al azar.” (pg. 119)
d. El número de signos y el
nombre de los mismos han sido asignados arbitrariamente: Al contemplarse el
cielo estrellado, se forman grupos de estrellas, las cuales según la imaginación
de cada quien se pueden parecer a una persona, a un animal o a una cosa. Es
natural que a los griegos se le parecieran a sus dioses. Por ende, el número de
signos, es decir, de agrupaciones de estrellas y su nombre dependen de la
imaginación del observador. Ptolomeo describía cuarenta y ocho, en la Biblia se
les dan a algunas, los nombres de Pléyades, Orión y las Osas sin atribuirles
ningún valor astrológico.
En los países influenciados por
los Caldeos y Babilonios se agrupan las estrellas de la misma manera, “Pero el caso es enteramente diverso si nos
trasladamos, por ejemplo a China, o, en América, a la civilización maya e inca.
No sólo los nombres, sino el agrupamiento de estrellas en constelaciones, es
totalmente diverso.” (pg. 123)
“No, no hay tales
constelaciones, señores y señoras pitonisas... En Babilonia ponían las
denominaciones a los grupos de astros fijos, diciéndose entre sí, los
astrólogos: ¿No te parece aquello un escorpión o dos peces? ¿No tiene ese
conjunto de allá arriba una semejanza con Casiopea? Y bautizaron esos clavos
dorados de la noche, según sus imaginaciones.” [4]
e. Un gran desconocimiento
de las distancias interestelares:
Aunque a simple vista, muchas estrellas
parecen cercanas unas de otras, “Las más
de las veces, por no decir casi siempre, las estrellas de una misma
constelación no tienen en absoluto nada que ver unas con otras... muchas se
hallan separadas por distancias inmensas... En una palabra, como vulgarmente se
dice, va cada una por su lado y si se hallan agrupadas por el hombre en una
misma constelación es solamente fruto de la fantasía.” (pg. 123).
El Sol, nuestra estrella más
cercana, dista de nosotros 150 millones de kilómetros. Alfa Centauro, la
estrella más cercana después del Sol, dista de nosotros unas 273.000 veces la
distancia del Sol. Si al Sol lo
tuviéramos a un metro de distancia, Alfa centauro estaría a 273 kilómetros de
distancia. “Suponiendo que su naturaleza,
y, por tanto, su influjo fuese igual al del Sol, su acción sobre nosotros en
virtud de la Ley del cuadrado de la distancia, sería 74.000.000.000 de veces
menor. ¿Qué puede representar tal influjo?, y eso que es la estrella más
cercana.” (pg. 135) “Si las
estrellas, o algunas de entre tantas fijaran nuestro futuro, estaríamos fuñidos,
porque hoy se conocen millones de galaxias, cada una con millones de astros, y
es mucho peso el de tal enladrillamiento estelar, para cargarlo a las espaldas
de un recién nacido.” [5]
f. Inclinación del eje de
rotación terrestre:
El eje de rotación terrestre se ha corrido desde el año 140 a.C. hasta
la actualidad 29,5 º hacia atrás, eso
significa que aun cuando fuera cierta la influencia de los astros sobre el ser
humano, a cada cual le correspondería un signo zodiacal distinto.