Las Úlceras no dan de lo que uno come sino de lo que se lo come a uno
Una cosa es hipocondría: La persona no tiene una enfermedad pero "necesita" o "aparenta" tenerla para conseguir algo. Hoy me refiero a enfermedades reales pero con origen psicosomático
Es innegable la relación que existe entre la mente, las emociones y el cuerpo. Las neuronas que nos permiten pensar, se comunican con las que hacen lo necesario para que sean óptimas nuestras funciones vitales.
Cuando nos asustamos o nos alegramos, actos concientes, el corazón se desboca, aumenta el caudal de la circulación sanguínea, después que las glándulas suprarrenales segregan adrenalina.
Según el experto austríaco en enfermedades psicosomáticas, Manfred Stelzig “Quien se ama a sí mismo tiene mejores perspectivas de no enfermar de cáncer que las personas depresivas y psíquicamente inestables... Entre unos 2.000 pacientes tratados en 1993 que en su mayoría sufrían de cáncer, había más depresivos que los que hay por término medio.
Además de los depresivos, también pueden desarrollar un tumor los que se han abatido excesivamente por la muerte o separación de un ser querido y los que en su vida profesional o en los ratos libres se exigen demasiado para reprimir sus problemas. La razón parece ser que la depresión baja las defensas inmunológicas haciéndonos más proclives a cualquier enfermedad. Los tratamientos más eficaces fallan en pacientes que han perdido las ganas de vivir, el pesimismo, no sólo agrava el mal sino que puede anular el efecto de los medicamentos indicados.
Se calcula que un 75 % de enfermedades tienen origen psicosomático y que son causadas por el odio, el sentimiento de inferioridad, la culpabilidad enfermiza o exagerada y los miedos. Se encuentran entre otras el catarro común, la conjuntivitis crónica, el eccema alérgico, la bronquitis repetida, dolores de espalda y de cabeza, calambres, reumatismo, colitis, úlcera duodenal, invalidez cardíaca, presión alta, hemorragias nasales, fatiga etc. Decir que una enfermedad es psicosomática no significa que no existe, sino que su raíz es psicológica.
Algunos encuentran una relación directa entre varias enfermedades y ciertas actitudes del paciente: La úlcera péptica parece estar relacionada con la exagerada necesidad de tener éxito o de expiar por una culpabilidad reprimida. El asma es una neurosis bronquial y puede responder a una necesidad de sobreprotección, debido a carencias afectivas. La artritis parece ser resultado de una hostilidad reprimida.
La hostilidad puede aumentar los riesgos del corazón: “Su corazón latirá más rápidamente, aumentará la presión sanguínea, se estrecharán las coronarias y la sangre se hará más espesa.”
La jaqueca, es común en personas perfeccionistas, intolerantes, exageradamente tensas, con una terrible necesidad de triunfar y a veces con dificultades de adaptación sexual. El acné parece ser una forma de autocastigo por miedo a acercarse al sexo opuesto.
Las personas que vienen con frecuencia a nuestras misas de sanación se extrañan de que yo haga poca mención a las enfermedades físicas. ¿Razón? Si no se sana el espíritu y la psique primero, estaremos condenados a repetir otra vez, las mismas enfermedades
¿Qué queda entonces amigos? A trabajar el espíritu, y permitir que Dios sosiegue las aguas subterraneas de nuestra vida, para que emerja por nuestro cuerpo VIDA EN ABUNDANCIA (Juan 10,10)